Los retos jurídicos de la inteligencia artificial y la sociedad de la información

La emergencia de la inteligencia artificial (IA) y los macrodatos (Big Data) ha revolucionado la forma de entender el sector público y privado. Ejemplo de ello es la configuración del derecho a oponerse a las decisiones individuales automatizadas garantizado por el régimen jurídico de protección de datos europeo.

El fenómeno es tal que, el 14 de marzo de 2017, el Parlamento Europeo aprobó la resolución 2016/2225 (INI) en la que se mostraban los múltiples aspectos afectados por este fenómeno en términos de derechos fundamentales (entre otros, su impacto en la privacidad, la seguridad, la libertad de expresión y la no discriminación). Pero hay más. Recientemente, la Comisión Europea ha presentado una propuesta de regulación para armonizar la legislación concerniente a este sector, lo que previsiblemente se traducirá en el proyecto de Reglamento europeo de IA, comunicado en abril de 2021.

¿Cuál es el origen de todo ello?

La Comisión Europea calcula que, en 2025, se producirá un incremento del 530 % de volumen de datos globales respecto a 2018: de 33 zettabytes a 175 zettabytes. Ello es consecuencia del aumento exponencial de acceso a Internet y la facilidad con la que interactuamos con los contenidos digitales. Piénsese, por ejemplo, en la accesibilidad que tenemos para abrir un canal de YouTube y subir videos de larga duración, u almacenar contenido en una nube, o subir contenidos a una red social, o contratar un servidor para almacenar todos los datos de un sitio web.

En consonancia con este crecimiento de la información, el aumento de usuarios de internet a nivel mundial no ha parado de crecer. En el año 2000, según las estadísticas del Banco Mundial, era solo del 6,5 % de la población; mientras que, en 2010, accedían a la red el 28,7 % de la ciudadanía. De acuerdo con el informe anual de Cisco Systems, frente al 51 % de población mundial con acceso a internet en 2018, en 2023 este dato aumentará hasta llegar a los dos tercios.

Parejamente al incremento de los datos, ha emergido la necesidad de aprovechar toda esta información, tanto por el sector privado como el público, que no es ajeno a ello como muestra la Directiva (UE) 2019/1024 del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de junio de 2019. Por su parte, los poderes públicos y las instituciones han tenido que ponerse al día para hacer frente a una doble necesidad: de un lado, regular el uso de los macrodatos y la IA en el seno de las relaciones entre particulares y empresas; y de otro lado, prever las implicaciones que ello tendrá en los procedimientos administrativos y judiciales.

La Inteligencia Artificial como objeto de reflexión

Las consecuencias de este fenómeno se manifiestan en todos los ámbitos de la sociedad, por lo que la reflexión debe abordarse con cierta perspectiva multidisciplinar, sin perder de vista que la especialización será una necesidad para afrontar los retos que plantea la IA.

En este sentido, el curso de verano de la UOC Aspectos éticos y jurídicos del Big Data aproxima esta materia a aquellas personas que quieran abordar estos temas por primera vez, o que, conociendo este mundo, quieran profundizar en algunos aspectos (derecho, ética, política, economía…). De este modo, el estudiante obtendrá una mirada global desde las ciencias sociales y jurídicas para asegurar el uso  legítimo y ético de estas herramientas en cualquiera de los ámbitos en los que se proyecta.